Hubo un momento, en determinada etapa de nuestra vida, seguramente cuando éramos unos pequeños niños o unos adolescentes en rebeldía, que en vez de irnos a hacer la tarea o estudiar preferíamos irnos a nuestra habitación
y encender la NES o la SNES para irnos a jugar nuestro videojuego favorito. Esa emoción solo de pensar en todos los niveles pendientes que teníamos por superar, solos o junto con esos amigos que nos acompañaron en la travesía de grandes juegos clásicos: Nes Wild Gunman, Nes to the earth, Nes Battletoads o Nes trick shooting. Sin duda alguna todos estos juegos nos teletransportan a momentos mágicos, pero, así como hay buenos momentos vividos con ellos también hay algunos malos momentos o una parte del juego en donde sucedían dos cosas: Nos enfadábamos o nos poníamos tristes cuando saltaba en nuestra tele (de esas que todavía eran como una caja grande y pesada y tenía dos orejas largas en la parte superior) las temidas palabras: “GAME OVER”.
Era muy triste saber que después de mucho esfuerzo, tras haber avanzado en un nivel, cerca de superarlo tuviéramos un error, por nervios o por desconcentración, lo cual llevaba a perder todos los niveles superados y volver a iniciar desde “Level 0”. Hoy en día, nos preguntamos en qué momento crecimos tan rápido, en qué momento dejamos de disfrutar de los juegos que marcaron nuestra infancia y adolescencia. Éramos felices y no lo sabíamos. Por suerte, hoy podemos revivir estos recuerdos con alguno de estos juegos clásicos que están disponibles por un tiempo limitado para todos aquellos que quieran tener la experiencia de abrir una caja original, precintada de fábrica, o simplemente guardarla y sumarla a su espacio “coleccionista”. Podemos decir que aquellas dos palabras que tanto miedo nos daban o tanto enfado nos generaban, hoy en día solo son un agradable recuerdo, Una bonita experiencia grabada en nuestra memoria que trae con nosotros la esencia de nuestra infancia, como todas las travesuras que hacíamos para escaparnos a jugar a la NES o prometer buenas notas a nuestros padres, abuelos o tíos. En fin, todas estas experiencias que están en nuestra mente las podemos traer de nuevo con cualquiera de estos maravillosos juegos. Podemos seguir contando historias y no es donde, sino con cuál.
